Tuesday, November 2, 2010

LA CIUDAD Y LOS PERROS

ESCENAS DE LA PELICULA
La ciudad y los perros es el primer libro que leo de Mario Vargas Llosa. Hasta hace no mucho, no sé muy bien por qué, me mostraba reticente a acercarme a la literatura sudamericana, a excepción de dos o tres obras de Gabriel García Márquez o Isabel Allende. Sin embargo, en los últimos meses un profesor me ha recomendado insistentemente esta gran obra.

Esta obra de Vargas Llosa ha logrado fascinarme pero, al mismo tiempo, también me ha causado una gran repulsión. La ciudad y los perros es una historia dura e impactante. Sin apenas salir del Colegio Militar Leoncio Prado, Vargas Llosa consigue transmitirnos toda la pasión, la furia y la rabia de sus protagonistas: el Esclavo, el Jaguar, el Poeta, Vallano o el Boa, entre muchos otros. Todos son alumnos de la escuela militar, donde pasan internados tres largos años de su vida, entre los 13 y los 16. Sin embargo, a pesar de su juventud, todos ellos comprenden muy rápido la ley del más fuerte y sobreviven pasando por encima de sus compañeros. La principal lección que aprenden no son la disciplina, el orden o la autoridad propias del régimen castrense. Tampoco las maniobras en el campo de tiro o las clases teóricas de las diferentes materias. La principal lección que todos ellos aprenden es que hay que ser el más duro, el más fuerte, el más viril, el más hombre. No importa que para demostrarlo haya que enfrentarse a cabos, comandantes o coroneles. Tampoco importa que haya que maltratar cruelmente, insultar, amenazar, patear, escupir o vejar a sus propios compañeros. Y mucho menos importa que haya que competir en absurdas y al mismo tiempo ineludibles apuestas por ver quién es el más rápido en eyacular en la boca de cualquier desgraciado o por ver quién es capaz de hacer lo propio con una gallina.

La ciudad y los perros es una dura crítica, un ataque frontal contra toda esta violencia y crueldad de la que hacen gala los protagonistas de la novela. Pero, al mismo tiempo, también es una crítica a la educación castrense, cuyas consecuencias se hacen patentes en los protagonistas de la obra, que se ven arrastrados por su propia virilidad hacia un territorio del que no saben cómo salir y del que ni siquiera están seguros de querer salir. Es lo que han vivido en sus casas, lo que han visto hacer a sus padres con sus madres, lo que cada día ven hacer a los oficiales con los cadetes y a los propios alumnos de la escuela militar con sus compañeros, ya sean del mismo curso o, muy especialmente, de cursos inferiores. Porque para eso están los perros, los alumnos de primer año, para ser el blanco de los alumnos de cursos superiores, ¿o tal vez no?


Toda esta injusticia y esta violencia, toda la rabia y todo el sufrimiento terminan explotando, de forma inevitable y descontrolada, causando todavía más dolor e, incluso, muerte. Sin embargo, los protagonistas escapan de las consecuencias gracias a las mentiras y al silencio imperante en la escuela militar. La amistad, la camaradería, la complicidad, los primeros amores, los primeros delitos, los deseos sexuales, las envidias, los odios, las frustraciones, los sueños. En definitiva, la juventud.


Todo esto y mucho más está presente en las páginas de esta novela en la que el lector se ve obligado a juzgar, ya sea benévolamente o no, a los protagonistas, quienes a lo largo de la historia se ven atrapados por una espiral en la que Vargas Llosa sorprende continuamente al lector, que nunca sabe quiénes son los buenos y quiénes los malos. Quizá porque nadie es bueno ni malo, sólo humano.

José Santos Chocano

José Santos Chocano





Semblanza



José Santos Chocano (1875-1934) es el poeta peruano más característico del modernismo. Autor de numerosas publicaciones, debe su fama preferentemente a Alma América (1906) y Primicias de oro de Indias (1934). Antes, editó numerosos libros de poemas que le fueron haciendo conocido por el gran público, entre ellos Iras santas (1895), En la aldea (1895), Azahares (1896) y La epopeya del morro (1895). Periodista y diplomático, conoció bien el territorio del Perú. Esa experiencia contribuyó de modo decisivo a la creación de algunos de sus más celebrados versos. Puede decirse que su aporte es decisivo para que el modernismo que preconizaba Rubén Darío adoptase los temas que serían los característicos de la fase final de ese movimiento: los temas nacionales, es decir la aparición de asuntos específicamente americanos en la poesía de nuestro continente.

En la poesía de Chocano, como en la de ningún otro poeta peruano de su tiempo, aparecen de modo nítido, animales, ríos y montañas, junto a los hombres del Perú. En cierto sentido Chocano recupera para la literatura un sentimiento que había expresado el Inca Garcilaso: la percepción de que los peruanos somos el resultado de dos culturas: la aborigen y la española. En Chocano, de un modo magnífico, este sentimiento dignifica ese resultado que es un hombre nuevo, el peruano, que no existía, según su íntima visión, antes de la llegada de los españoles. En algunos de sus poemas más celebrados, Chocano no puede evitar una gran admiración por el acto mismo de la conquista. Y esta ha sido una razón para que pasase de ser un poeta oficial en la época de Leguía, cuando el propio presidente de la República lo coronó como poeta de América en 1922, a un paulatino olvido, ciertamente inmerecido, en las historias literarias y en el gusto del público. Sin embargo, Chocano es un poeta de un fino sentido musical y de un gran conocimiento de la tradición lírica parnasiana y simbolista. Su principal virtud es el manejo maestro del ritmo, tanto que una música verbal que es característica y que es inimitable. Si Darío tuvo un ritmo pausado y de un intimismo marcado, Chocano a su lado, luce un ritmo bronco, de acentuación fija y es dueño de una temática exteriorista. Por eso no se exagera cuando se dice que es un precursor de Pablo Neruda, en especial del libro Canto general (1950) del vate chileno y también de los poetas nicaragüenses Ernesto Cardenal y José Coronel Urtecho, que han cantado a los paisajes y a la tierra.

Parte del aspecto controversial de la figura de Chocano tiene que ver con sus actitudes políticas. Partidario público de las dictaduras, secundó al presidente de Guatemala Manuel Estrada Cabrera, y cuando éste fue derrocado, después de un largo mandato, Chocano se salvó de ser fusilado por la solicitud de numerosos escritores de América y Europa. En 1925, sostuvo una enconada polémica con Edwin Elmore, joven intelectual, hijo de un militar que había participado en la guerra con Chile y a quien Chocano acusaba injustamente de traición a la Patria. En un incidente Chocano mató a su antagonista y fue juzgado. Los jueces fueron benévolos con el poeta, pero antes de que la sentencia se confirmase, el Congreso de la República cortó el juicio. Chocano se estableció en Chile, donde fue asesinado a su vez por un esquizofrénico en 1934.



Monday, July 26, 2010

EL INCA GARCILAZO DE LA VEGA - VIDA Y OBRAS

(Garcilaso de la Vega, llamado El Inca; Cuzco, actual Perú, 1539 - Córdoba, España, 1616) Escritor e historiador peruano. Era hijo del conquistador español Sebastián Garcilaso de la Vega y de la princesa incaica Isabel Chimpo Ocllo. Gracias a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción de Francisco Pizarro hasta que se pasó al bando del virrey La Gasca, el Inca Garcilaso de la Vega recibió en Cuzco una esmerada educación al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él.




A los veintiún años se trasladó a España, donde siguió la carrera militar. Con el grado de capitán, participó en la represión de los moriscos de Granada, y más tarde combatió también en Italia, donde conoció al filósofo neoplatónico León Hebreo.



En 1590, muy probablemente dolido por la poca consideración en que se le tenía en el ejército por su condición de mestizo, dejó las armas y entró en religión. Frecuentó los círculos humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba y se volcó en el estudio de la historia y en la lectura de los poetas clásicos y renacentistas. Fruto de esas lecturas fue la traducción del italiano que el Inca Garcilaso hizo de los Diálogos de amor, de León Hebreo, que dio a conocer en Madrid el mismo año de su retiro.



Siguiendo las corrientes humanistas en boga, Garcilaso el Inca inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano, y en especial en el del Perú. Considerado como el padre de las letras del continente, en 1605 dio a conocer en Lisboa su Historia de la Florida y jornada que a ella hizo el gobernador Hernando de Soto, título que quedó sintetizado en La Florida del Inca. La obra contiene la crónica de la expedición de aquel conquistador, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana.



El título más célebre de Garcilaso el Inca, sin embargo, fueron los Comentarios reales, la primera parte de los cuales apareció en 1609, también en Lisboa. Escrito a partir de sus propios recuerdos de infancia y juventud, de contactos epistolares y visitas a personajes destacados del virreinato del Perú, el relato constituye, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados, tanto conceptual como estilísticamente, de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la civilización andina. Por esta razón es considerada su obra maestra y se la ha reconocido como el punto de partida de la literatura hispanoamericana. La segunda parte fue publicada en Córdoba, en 1617.

Monday, March 15, 2010

Literatura peruana del siglo XIX

Las primeras corrientes literarias del Perú independiente fueron el costumbrismo y el romanticismo. Al primer período pertenecen los dramaturgos cómicos y poetas satíricos Felipe Pardo y Aliaga (1806-1868), autor de Un viaje, Frutos de la educación; y Manuel Ascencio Segura (1805-1871), autor de La Pepa, El sargento Canuto, La saya y el manto, Lances de Amancaes, Ña Catita, etc., y quien retrata mejor los tipos populares de Lima y es considerado el mayor dramaturgo nacional de este siglo. Narciso Aréstegui (1818 o 1820-1869), autor de la novela El padre Horán. Flora Tristán (1803-1844), autora de Peregrinaciones de una paria, y Mephis, que es una novela. Manuel Atanasio Fuentes, conocido como El murciélago (1820-1889), autor de Aletazos del murciélago (3 vols., 1866) y Lima: apuntes históricos, descriptivos, estadísticos y de costumbres (1867, en ediciones española, francesa e inglesa).


Tradiciones peruanas - Primera serie

¡Pues bonita soy yo, la Castellanos!

de Ricardo Palma
A Simón y Juan Vicente Camacho)




Mariquita Castellanos era todo lo que se llama una real moza, bocado de arzobispo y golosina de oidor. Era como para cantarla esta copla popular:

«Si yo me viera contigo,

la llave a la puerta echada,

y el herrero se muriera,

y la llave se quebrara...».

¿No la conociste, lector?

Yo tampoco; pero a un viejo, que alcanzó los buenos tiempos del virrey Amat, se me pasaban las horas muertas oyéndole referir historias de la Marujita, y él me contó la del refrán que sirve de título a este artículo.


Mica Villegas era una actriz del teatro de Lima, quebradero de cabeza del excelentísimo señor virrey de estos reinos del Perú por S. M. Carlos III, y a quien su esclarecido amante, que no podía sentar plaza de académico por su corrección en eso de pronunciar la lengua de Castilla, apostrofaba en los ratos de enojo, frecuentes entre los que bien se quieren, llamándola Perricholi. La Perricholi, de quien pluma mejor cortada que la de este humilde servidor de ustedes ha escrito la biografía, era hembra de escasísima belleza. Parece que el señor virrey no fue hombre de paladar muy delicado.


María Castellanos, como he tenido el gusto de decirlo, era la más linda morenita limeña que ha calzado zapaticos de cuatro puntos y medio.

«Como una y una son dos,

por las morenas me muero:

lo blanco, lo hizo un platero;
lo moreno, lo hizo Dios».
Tal rezaba una copla popular de aquel tiempo, y a fe que debió ser Marujilla la musa que inspiró al poeta. Decíame, relamiéndose, aquel súbdito de Amat que hasta el sol se quedaba bizco y la luna boquiabierta cuando esa muchacha, puesta de veinticinco alfileres, salía a dar un verde por los portales.


Pero así como la Villegas traía al retortero nada menos que al virrey, la Castellanos tenía prendido a sus enaguas al empingorotado conde de ***, viejo millonario, y que, a pesar de sus lacras y diciembres, conservaba afición por la fruta del paraíso. Si el virrey hacía locuras por la una, el conde no le iba en zaga por la otra.


La Villegas quiso humillar a las damas de la aristocracia, ostentando sus equívocos hechizos en un carruaje y en el paseo público. La nobleza toda se escandalizó y arremolinó contra el virrey. Pero la cómica, que había satisfecho ya su vanidad y capricho, obsequió el carruaje a la parroquia de San Lázaro para que en él saliese el párroco conduciendo el Viático. Y téngase presente que, por entonces, un carruaje costaba un ojo de la cara, y el de la Perricholi fue el más espléndido entre los que lucieron en la Alameda.


La Castellanos no podía conformarse con que su rival metiese tanto ruido en el mundo limeño con motivo del paseo en carruaje.

-¡No! Pues como a mí se me encaje entre ceja y ceja, he de confundir el orgullo de esa pindonga. Pues mi querido no es ningún mayorazgo de perro y escopeta, ni aprendió a robar como Amat de su mayordomo, y lo que gasta es suyo y muy suyo, sin que tenga que dar cuenta al rey de dónde salen esas misas. ¡Venirme a mí con orgullitos y fantasías, como si no fuera mejor que ella, la muy cómica! ¡Miren el charquito de agua que quiere ser brazo de río! ¡Pues bonita soy yo, la Castellanos!


Y va de digresión. Los maldicientes decían en Lima que, durante los primeros años de su gobierno, el excelentísimo señor virrey don Manuel de Amat y Juniet, caballero del hábito de Santiago y condecorado con un cementerio de cruces, había sido un dechado de moralidad y honradez administrativas. Pero llegó un día en que cedió a la tentación de hacerse rico, merced a una casualidad que le hizo descubrir que la provisión de corregimientos era una mina más poderosa y boyante que las de Pasco y Potosí. Véase cómo se realizó tan portentoso descubrimiento.



Acostumbraba Amat levantarse con el alba (que, como dice un escritor amigo mío, el madrugar es cualidad de buenos gobernantes), y envuelto en una zamarra de paño burdo descendía al jardín de palacio, y se entretenía hasta las ocho de la mañana en cultivarlo. Un pretendiente al corregimiento de Saña o Jauja, los más importantes del virreinato, abordó al virrey en el jardín, confundiéndolo con su mayordomo, y le ofreció algunos centenares de peluconas por que emplease su influjo todo con su excelencia a fin de conseguir que él se calzase la codiciada prebenda.



-¡Por vida de Santa Cebollina, virgen y mártir, abogada de los callos! ¿Esas teníamos, señor mayordomo? -dijo para sus adentros el virrey; y desde ese día se dio tan buenas trazas para hacer su agosto sin necesidad de acólito, que en breve logró contar con fuertes sumas para complacer en sus dispendiosos caprichos a la Perricholi, que, dicho sea de paso, era lo que se entiende por manirrota y botarate.



Volvamos a la Castellanos. Era moda que toda mujer que algo valía tuviese predilección por un faldero. El de Marujita era un animalito muy mono, un verdadero dije. Llegó a la sazón la fiesta del Rosario, y asistió a ella la querida del conde muy pobremente vestida y llevando tras sí una criada que conducía en brazos al chuchito. Ello dirás, lector, que nada tenía de maravilloso; pero es el caso que el faldero traía un collarín de oro macizo con brillantes como garbanzos.



Mucho dio que hablar durante la procesión la extravagancia de exhibir un perro que llevaba sobre sí tesoro tal; pero el asombro subió de punto cuando, terminada la procesión, se supo que Cupido con todos sus valiosos adornos había sido obsequiado por su ama a uno de los hospitales de la ciudad, que por falta de rentas estaba poco menos que al cerrarse.



La Mariquita ganó desde ese instante, en las simpatías del pueblo y de la aristocracia, todo lo que había perdido su orgullosa rival Mica Villegas; y es fama que siempre que la hablaban de este suceso, decía con énfasis, aludiendo a que ninguna otra mujer de su estofa la excedería en arrogancia y lujo: «¡Pues no faltaba más! ¡Bonita soy yo, la Castellanos!».



Y tanto dio en repetir el estribillo, que se convirtió en refrán popular, y como tal ha llegado hasta la generación presente

Monday, February 22, 2010

Inca Garcilaso de la Vega - Comentario Real





Actividad Nº 2

Responda las siguientes preguntas:
1. ¿ Cuál es su apreciación personal sobre el autor después de haber leido el siguiente Comentario?

2. ¿Qué tipo de lenguaje se utiliza?

3. ¿En qué época y situación geográfica esta desarrollado "De cuáles mujeres hacia merced el Inca?

4. En la actualidad, ¿el inca tomaría a qué  clase de mujer?

Monday, February 15, 2010

Origen de la Literatura Peruana.

Audio

La literarura peruana tiene su orígen en la  época precolombina con la literatura inca y quechua. Su base fue la tradición oral, que era transmitidad por relatos de generación en generación; como por ejemplo en nupcias, peleas, funerales entre otros.  Aquí podemos apreciar diferentes obras líricas, épicas y dramáticas.

A continuación, les presento una Oración a Wiracocha, transcrita por el cronista nativo Joan de Santa Cruz Pachacuti (1613):


                                                         
Oración a Wiracocha


¡Oh, Wiracocha! Señor del Universo

ya seas varón,
ya seas hembra,
señor de la reproducción,
ya sea lo que fueres,
oh, Señor de la adivinación,
¿en dónde estás?


Ya estés encima,
ya estés debajo,
o acaso en derredor
de tu espléndido trono y cetro,
¡oh, escúchame!


En el alto cielo
en donde tal vez moras,
en el hondo mar
donde tal vez residas,
creador del mundo,
hacedor del género humano,
Señor de señores,
mis ojos son débiles
para mi ansia de verte,
para el solo deseo de conocerte.


¡Fuérame dado verte,
fuérame dado conocerte,
fuérame dado comprenderte!


¡Oh, dígnate mirarme,
pues tú me conoces!
El sol y la luna,
el día y la noche,
la primavera y el invierno,
no en vano ordenaste,
¡Oh, Uira-cocha!


Todos ellos recorren
el camino que les señalaste;
todos ellos llegan
a la meta que les destinaste,
adondequiera que quisiste.


Tu cetro real
portas.
¡Oh, escúchame!
¡Oh, elígeme!


No permitas que me fatigue,
que me muera.


Oh creador de los hombres
tu siervo te habla
Dígnate mirarlo,
oh, acuérdate de él,
del Rey del Cuzco,
a vosotros también os reverencio,
Oh, Tonapa, mírame,
no me olvides.
Oh, tú, noble creador,
oh, tú, objeto de mis ensueños.


¿Será posible que me olvides
en el trance de la muerte?

 
¿Querrás desdeñar mi plegaria
o consentirás en darme a conocer
quien eres?


¡Oh, si me fuera dado conocerte!
¡Oh, si quisieras revelárteme!
Tú que me sacaste de la tierra
y me hiciste de barro,
¡oh, mírame!


¿Quién eres, oh creador?
Mira que ya estoy muy viejo.

¡Oh, ven pues,
grande como los cielos,
amo de la tierra
gran Causa Primera,


¡Creador de los hombres!


Diez veces te adoro;
con los ojos siempre
vueltos a la tierra
y ocultos por las pestañas
te busco ahora.


¡Oh, dígnate mirarme!
como a los ríos,
como a las fuentes
cuando jadeo de sed,
te busco.


Aliéntame,
¡ayúdame!
con toda la fuerza de mi voz
te llamo:
pensando en ti nos alegraremos
y regocijaremos;
esto diremos
y nada más.


*Actividad #1: Estimado estudiante, emita su opinión y el significado que para usted tiene dicha manifestación literaria.

Orientaciones Generales del Curso - Literatura Peruana Ciclo II


Literatura Peruana Ciclo II

Cuando vemos la palabra literatura en el título del curso no preguntamos qué significa. Su significado parece obvio y usamos la expresión “texto literario” con frecuencia en nuestro lenguaje coloquial. Pero luego, al llegar el primer día de clase, cuando el profesor nos pregunta ¿qué es un texto literario? O con más precisión, ¿cómo diferenciamos un texto literario de otro que no lo es?, empezamos a tener dudas. El sentido de la palabra literatura nos empieza a parecer más complejo. Las dudas y las preguntas que éstas sugieren son el mejor camino para alcanzar un sentido propio de lo que queremos decir cuando hacemos referencia a un texto literario. También aquí vamos a iniciar nuestro camino para comprender el concepto de literatura a través de una serie de preguntas iniciales, que luego se podrán complementar en la discusión en clase.

Para el desarrollo del curso, es necesario que usted posea algunos conocimientos previos respecto a la asignatura en curso.

También se detallaran los medios didácticos que podrá utilizar para sistematizar la información que se le ofrece en el desarrollo de la asignatura y así valorar el aporte de los principales testimonios literarios de las diferentes tendencias, escuelas y movimientos literarios en el Perú:

1. - UNIDADES DIDACTICAS: Son materiales impresos que contienen el desarrollo de los temas propuestos; estos les permitirá profundizar, a través de la lectura, los temas trabajados semanalmente.

2.- PRESENTACIONES EN POWER POINT: Usted alumno las podrá encontrar fácilmente en la sección “Ayudas” en su campus virtual. Las ayudas en power point le ayudará a comprender algunos tópicos del curso.

3. - ARTICULOS EN INTERNET: los encontrará en la sección “Link interesantes” donde encontrará las rutas necesarias para explorar páginas web referidas al curso.

4.- FOROS DE DEBATE Y SALA DE CONVERSACIÓN: Tienen la función de interactuar y cambiar opiniones acerca de los temas que se plantean en las unidades didácticas, permitiendo la comunicación con sus compañeros y el docente y/o tutor. Los foros de debate y sala de conversación están disponibles en su campus virtual. Recuerde que encontrará al docente en la sala de conversación en los horarios de tutorías telemáticas.

5. - EJERCICIOS: usted encontrará, al finalizar cada capitulo del libro ejercicios que le servirán para reforzar su aprendizaje. Recuerde, sólo sirve para que usted revise sus saberes. No lo envié para su revisión.

Gracias.